Viajando en compañía de Timothy Leary.1003

Eran las 6 de la mañana, el sol acababa de asomarse después de muchas horas de baile al ritmo del hard y del acid techno. Él estaba allí sentado junto una vieja amiga de la infancia, contemplando las montañas del parque Henry Pittier. De pronto se abría un nuevo mundo para el. Las montañas empezaron a moverse en sus propias narices, él no lo podía entender. Ellas respiraban profundamente, como él también lo podía hacer. Eran como pulmones gigantes, los colores eran increíblemente intensos. Asombrado por la maravilla que percibía le dijo a su amiga:¿lo notas?, mira todo lo que vemos está vivo. Ella guardaba silencio, quizás podía ver mucho más allá de las montañas.

Luego el chico se concentro en un árbol, este le sonrió y se abrió a el, mostrándole miles de pequeñas ardillas que estaban totalmente llenas de gozo. Corrían y jugaban, como cuando él, siendo niño lo hiciese. Sus ramas le acariciaban eran brazos gigantes de energía. Él joven se sentía uno con todo por un momento.

De pronto Timothy tenia que partir, el chico se despidió de él con un poco de tristeza, pero con el entendimiento de que la realidad la modifica el espectador.